...y pensar que nunca más estarás junto a mi...

Ayer fui un día muy especial para mi. La verdad para cualquier otra persona le puede sonar cursi, sentimental, infantil, cliché, pero para serles sincera, no me importa, así vivo mi vida.
En general en todas estas fechas importantes paso bastante sola, y me refiero a sin nadie del sexo opuesto que pueda soportar lo suficiente como para conversar un rato sin pensar en porque no se va. En todo caso, el catorce de febrero siempre fue para mi una fecha bastante triste, no se en realidad el porqué de esto, supongo que ver a tanta gente acaramelada me daba envidia.

Pero ayer fue diferente, totalmente, el amor fluía a chorros en el aire y en mi espíritu, y no quiero dar a entender que me he enamorado por enésima vez, no, la verdad dudo que eso pase nuevamente en el futuro cercano, pero ayudar a una amiga a decorar mi facultad con frases alusivas al día, regalar dulces a las personas vestidas de rojo o rosado, y soplar burbujas trayendo alegría a alguien fue increíble, me encanta ver a las personas felices, le da sentido a mi vida.

Pero no todo fue tan perfecto, casi me ahogo en el Laboratorio de Química Orgánica Funcional por hacer una dinitración fuera de la Sorbona y sin querer, rompí el corazón de alguien.

Malvada, pensarán, pero no es así, yo la verdad no tuve la culpa de nada, el chico en cuestión se volvió loco por mi y empezó a hacer ardides con el celular, (se hizo pasar por otra persona para mandarme mensajes y por cobrar!!!), lo cual la verdad no me gustó, si algo me quieren decir que sea en la cara, para bien o para mal. Al final me enteré que era él, pobre chico, la verdad me parece un buen amigo pero nada más. Debo admitir que escribir unos versos geniales con una linda letra para mi fue un lindo toque, algo que ya casi ningún hombre hace, supongo que cada quien tiene su estilo, pero aun así, él no me gusta, la verdad espero que lo entienda.

Bueno, pero lo especial de ayer fue que por primera vez en mi vida pasé con un chico el Día de San Valentín. La verdad nos conocemos desde hace mucho tiempo, casi seis años, y no lo había tomado en cuenta porque él no era más que la sombra de todos sus amigos, con los cuales me llevaba mejor, pero aun así después de tanto tiempo me doy cuenta que no es tan aburrido, resultó ser alguien con quien puedo compartir…muchas cosas.

Nos íbamos a ver a las cuatro en un cine de la ciudad y yo llegaba ya un poco tarde, pero ahí estaba, llamándome. Cuando se dio la vuelta me saludó aun con el celular en la mano y me dio una rosa, (jamás me habían dado una, es decir, además de mis padres, amigas y parientes), me sentí extraña, porque supuse que era una salida de amigos y bueno me gustó el gesto. Conversamos un poco antes de ver la película y estuvo buena, pero me sentía algo incómoda, supongo que por lo que me dijo mi amiga Andrea antes de ir, que era obvio que no iba a ver la película, y que iban a pasar muchas cosas, pero no pasó nada. Evitaba pensar en eso pero no podía evitarlo y me distraía un poco. En todo caso la pasé muy bien, y le agradecí por eso.

Ideas locas pasaban por mi cabeza mientras lo veía y hablaba con él antes de despedirme, era como si tuviera miedo a que después de eso no lo iba a volver a ver nunca más, pero mi sentido común me cacheteaba en el interior, lo único que tenía que hacer era decirle salgamos pero, ¿para qué?

Estoy confundida, mientras regresaba a mi casa solo veía la rosa, y me sentía cada vez peor, y luego veía la luna y la gente me miraba con extrañeza como siempre suele hacerlo, de todas formas ya estoy acostumbrada. Pero, supongo que no estoy acostumbrada a esto, sea lo que sea, de todas formas ya pasó y tal vez nunca más lo vuelva a ver.

Episodios de mi vida, eso es lo que son estás historias, y yo, yo solo quiero un largometraje infinito.

Sigo esperando…

Nymphadora