Como siempre salí tarde de mi casa con mi madre. Me puse el cinturón de seguridad, baje la mochila al piso del carro, miré la mañana fría y las nubes que cubrían una parte de la ciudad. El tráfico matutino nos acompañaba y justo antes de entrar a la universidad sucedió, un dolor punzante recorrió mi hombro izquierdo hasta la cintura, era en verdad muy doloroso y se lo mencioné a mi madre pero tanto ella como yo, acostumbradas a que por el frío me duela casi todo, no le hicimos caso y yo pensé que de un rato al otro se me iba a pasar.
Llegué a mi facultad y salí del auto, subí las gradas y golpee la puerta con los ojos cerrados. Fue justo ahí, cuando toqué la puerta, cuando me di cuenta que no era un dolor pasajero, mi vista se estaba nublando, y no podía respirar.
Entré y la profesora mencionó algo de una multa por el atraso, yo asentí con la cabeza, francamente no me importaba en lo absoluto su multa, además lo único que quería era sentarme. El dolor era insoportable, cada vez peor, y sentada como estaba no encontraba la manera de coger mi celular y llamar a mi madre para que regrese por mi porque no podía moverme, el dolor me inmovilizó y cada vez me mareaba más. Pensé en llamar a mis compañeras pero la doctora estaba dando clases y no las iba a molestar, de todas formas no podía hablar.
Supongo que mi palidez era evidente porque la profesora se acercó y me preguntó si estaba bien y alcancé a decirle que no, y que me dolía el brazo. Me dijo que mueva la mano haciendo puño y abriéndolo pero el dolor era sobrecogedor, parecía como si me abrieran un agujero con un hierro candente en la zona superior izquierda de la espalda cada vez que me movía.
La doctora me quería recostar en la parte de atrás del aula, pero no había donde, ¿en el suelo? Dije entre mi, pero la verdad es que en ese momento hubiera hecho cualquier cosa con tal de aliviarme. Mi amiga Danny ofreció la Asociación de Escuela y dije bueno. Entre dos me llevaron, pero no recuerdo bien quien estaba a mi lado, la Vero y la Danny supongo, porque la Mayrita estaba ofreciéndome caramelos que yo la verdad no quería, solo algo para el dolor.
Fue inútil, recostada era peor, parecía que me iba a morir ,con lo que parecía un pulmón perforado o algo así, ahí mismo viendo a mis amigas a mí alrededor con su cara de preocupación e impotencia. La doctora llegó y me cogieron entre dos otra vez y me llevaron caminando hacia su auto.
PRIMER DIAGNÓSTICO: (mis compañeras) Preinfarto al miocardio.
Al llegar al Hospital del Día de la Universidad Central no esperaba en verdad encontrar nada de ayuda, especialmente al enterarme que “Emergencias” era en el segundo piso. Mis amigas me hacían barra para que haga el último esfuerzo por subir más gradas antes de colapsar. Supongo que la verdad me daba igual ir al segundo o al décimo piso, solo me dejaba guiar y no pensaba en nada, en absolutamente nada más que no sea ese dolor.
Me recostaron en una camilla y en menos de diez minutos estaba con oxígeno, un suero, una inyección de diclofenaco, y un poco de cobijas encima. Luego un electrocardiograma y a descansar un rato. Según la doctora mis labios estaban blancos, me preguntó si ese era el color normal de mis labios. Obviamente que no, le dije, pero esta vez, si estaba mal.
SEGUNDO DIAGNÓSTICO: (Dra. … Basantes, Hospital del Día, UCE) Ataque de Neuritis debido a stress (…O.O…???)
Mientras descansaba ya casi sin dolor en una camilla, escuchaba una comidilla de grupo de personas con acento desconocido fuera de la sala de emergencia, siluetas oscuras, voces lejanas. Entró la Andre y me vio tan mal, pobrecita tenía cara de preocupación, y yo que quería cogerle de la mano para que no piense nada malo no pude, salió tan rápido como entró porque mi madre llegó. Luego mi madre y mi hermano hicieron su entrada en la escena, mi mami me vio viva y creo que eso fue suficiente y mi hermano me aconsejó que no me muriera todavía mientras hacía la mímica del RCP en el lado dolorido.
Luego que todos se fueron, me hicieron dos electrocardiogramas más, (y para los que no se han hecho ese examen hay que descubrirse toda la parte del torso y como tengo tanta suerte hacía un frío del demonio). Con el resultado en la mano se acercó un señor que asumí era doctor, vio el tercer electrocardiograma y dijo algunos términos médicos desconocidos mientras ignoraba mi presencia humana por completo. De lo que dijo yo lo único que escuché fue bloqueo, yo gritaba internamente.
TERCER DIAGNÓSTICO: (Dra. Basantes y Cardiólogo desconocido) Bloqueo (hasta ahora no se en donde)
Pero lo más curioso viene ahora, mi madre me fue a recoger luego de que el suero se terminó y luego de hacer algunos papeles me preguntó:
- ¿Y, no pensaste en algo mientras te pasaba eso? –
- Tenía iras, me debí haber ido contigo.
- No, no me refiero a eso sino a que si tenías algo pendiente o algo así antes de irte.
- (Pensé un rato en aquello de “irme” y supuse que era acerca de la muerte y dije) No, la verdad no.
- Entonces ¿te hubieras ido así?
- Si…
Me sorprendió mi respuesta, porque la verdad yo si pensé en la muerte en esos momentos en que sentía el dolor agudo más horrible de mi corta vida. Supuse que talvez era infarto o una rotura de pulmón que iban a matarme pero, la verdad, no pensé en nada ni en nadie, era como si todo estuviera equilibrado para mí, en ese momento, si la muerte hubiera querido que vaya con ella, me hubiera ido sin quejarme, al menos no mucho, todavía estoy sola, todavía.
Más tarde, cuando pensé que el infierno había acabado, me dio fiebre y me llevaron a Emergencias de la Clínica Internacional para ponerme otros tres sueros, y más inyecciones. Mientras estaba de nuevo en una camilla enchufada a algunos tubos, lloraba, es lo único que atino a hacer cuando tengo fiebre, y deliraba…en eso me acordé de lo que me dijo un amigo. Que no puedo decir que me puedo morir aun, porque según él aun no he amado de verdad...en ese momento pensé que sonaba irónico saliendo de sus labios.
La fiebre pasó y un doctor (el tercero del día) escuchó mis pulmones, hizo caso omiso de los sucesos matutinos que le contaron mis padres y dio su diagnóstico.
Llegué a mi facultad y salí del auto, subí las gradas y golpee la puerta con los ojos cerrados. Fue justo ahí, cuando toqué la puerta, cuando me di cuenta que no era un dolor pasajero, mi vista se estaba nublando, y no podía respirar.
Entré y la profesora mencionó algo de una multa por el atraso, yo asentí con la cabeza, francamente no me importaba en lo absoluto su multa, además lo único que quería era sentarme. El dolor era insoportable, cada vez peor, y sentada como estaba no encontraba la manera de coger mi celular y llamar a mi madre para que regrese por mi porque no podía moverme, el dolor me inmovilizó y cada vez me mareaba más. Pensé en llamar a mis compañeras pero la doctora estaba dando clases y no las iba a molestar, de todas formas no podía hablar.
Supongo que mi palidez era evidente porque la profesora se acercó y me preguntó si estaba bien y alcancé a decirle que no, y que me dolía el brazo. Me dijo que mueva la mano haciendo puño y abriéndolo pero el dolor era sobrecogedor, parecía como si me abrieran un agujero con un hierro candente en la zona superior izquierda de la espalda cada vez que me movía.
La doctora me quería recostar en la parte de atrás del aula, pero no había donde, ¿en el suelo? Dije entre mi, pero la verdad es que en ese momento hubiera hecho cualquier cosa con tal de aliviarme. Mi amiga Danny ofreció la Asociación de Escuela y dije bueno. Entre dos me llevaron, pero no recuerdo bien quien estaba a mi lado, la Vero y la Danny supongo, porque la Mayrita estaba ofreciéndome caramelos que yo la verdad no quería, solo algo para el dolor.
Fue inútil, recostada era peor, parecía que me iba a morir ,con lo que parecía un pulmón perforado o algo así, ahí mismo viendo a mis amigas a mí alrededor con su cara de preocupación e impotencia. La doctora llegó y me cogieron entre dos otra vez y me llevaron caminando hacia su auto.
PRIMER DIAGNÓSTICO: (mis compañeras) Preinfarto al miocardio.
Al llegar al Hospital del Día de la Universidad Central no esperaba en verdad encontrar nada de ayuda, especialmente al enterarme que “Emergencias” era en el segundo piso. Mis amigas me hacían barra para que haga el último esfuerzo por subir más gradas antes de colapsar. Supongo que la verdad me daba igual ir al segundo o al décimo piso, solo me dejaba guiar y no pensaba en nada, en absolutamente nada más que no sea ese dolor.
Me recostaron en una camilla y en menos de diez minutos estaba con oxígeno, un suero, una inyección de diclofenaco, y un poco de cobijas encima. Luego un electrocardiograma y a descansar un rato. Según la doctora mis labios estaban blancos, me preguntó si ese era el color normal de mis labios. Obviamente que no, le dije, pero esta vez, si estaba mal.
SEGUNDO DIAGNÓSTICO: (Dra. … Basantes, Hospital del Día, UCE) Ataque de Neuritis debido a stress (…O.O…???)
Mientras descansaba ya casi sin dolor en una camilla, escuchaba una comidilla de grupo de personas con acento desconocido fuera de la sala de emergencia, siluetas oscuras, voces lejanas. Entró la Andre y me vio tan mal, pobrecita tenía cara de preocupación, y yo que quería cogerle de la mano para que no piense nada malo no pude, salió tan rápido como entró porque mi madre llegó. Luego mi madre y mi hermano hicieron su entrada en la escena, mi mami me vio viva y creo que eso fue suficiente y mi hermano me aconsejó que no me muriera todavía mientras hacía la mímica del RCP en el lado dolorido.
Luego que todos se fueron, me hicieron dos electrocardiogramas más, (y para los que no se han hecho ese examen hay que descubrirse toda la parte del torso y como tengo tanta suerte hacía un frío del demonio). Con el resultado en la mano se acercó un señor que asumí era doctor, vio el tercer electrocardiograma y dijo algunos términos médicos desconocidos mientras ignoraba mi presencia humana por completo. De lo que dijo yo lo único que escuché fue bloqueo, yo gritaba internamente.
TERCER DIAGNÓSTICO: (Dra. Basantes y Cardiólogo desconocido) Bloqueo (hasta ahora no se en donde)
Pero lo más curioso viene ahora, mi madre me fue a recoger luego de que el suero se terminó y luego de hacer algunos papeles me preguntó:
- ¿Y, no pensaste en algo mientras te pasaba eso? –
- Tenía iras, me debí haber ido contigo.
- No, no me refiero a eso sino a que si tenías algo pendiente o algo así antes de irte.
- (Pensé un rato en aquello de “irme” y supuse que era acerca de la muerte y dije) No, la verdad no.
- Entonces ¿te hubieras ido así?
- Si…
Me sorprendió mi respuesta, porque la verdad yo si pensé en la muerte en esos momentos en que sentía el dolor agudo más horrible de mi corta vida. Supuse que talvez era infarto o una rotura de pulmón que iban a matarme pero, la verdad, no pensé en nada ni en nadie, era como si todo estuviera equilibrado para mí, en ese momento, si la muerte hubiera querido que vaya con ella, me hubiera ido sin quejarme, al menos no mucho, todavía estoy sola, todavía.
Más tarde, cuando pensé que el infierno había acabado, me dio fiebre y me llevaron a Emergencias de la Clínica Internacional para ponerme otros tres sueros, y más inyecciones. Mientras estaba de nuevo en una camilla enchufada a algunos tubos, lloraba, es lo único que atino a hacer cuando tengo fiebre, y deliraba…en eso me acordé de lo que me dijo un amigo. Que no puedo decir que me puedo morir aun, porque según él aun no he amado de verdad...en ese momento pensé que sonaba irónico saliendo de sus labios.
La fiebre pasó y un doctor (el tercero del día) escuchó mis pulmones, hizo caso omiso de los sucesos matutinos que le contaron mis padres y dio su diagnóstico.
CUARTO DIAGNÓSTICO (último del día): (Dr. Desconocido): Infección Aguda de las Vías Respiratorias.
Alivio para mis padres, e infierno para mí…
Resultado, tres días con fiebre, mareo, fotosensibilidad, escalofríos, debilidad, dolor de cabeza, migraña, por ende sin poder hacer absolutamente nada más que estar en la cama tratando de que los antibióticos hagan su trabajo y de comer algo para no morir. Aunque ahora ya estoy bien.
Es gracioso como la vida puede llegar a ser tan frágil, todo puede cambiar en cuestión de minutos, así que amig@s mi@s vivan la vida como se debe, aprovechen cada oportunidad, arrepiéntanse luego, si quieren hacer algo, háganlo, vivan ahora y olvídense del resto.
Pero eso si, cuídense,
Nymphadora
P.D: Gracias, muchas gracias a mi familia, amigas Andre, Danny, Vero, Mayrita, Taty, la Dra. Montalvo y a todas las personas que me ayudaron ese día, no saben cuanto les debo, y espero me perdonen por hacerles asustar de esa forma, la verdad, yo también me asusté.
4 comentarios:
Chuso, y qué inesperado...
Es raro, porque a veces tú o alguien que conoces está bien, y de un momento a otro las cosas salen mal; es una sensación medio rara.
Pero bueno, te recuperaste y creo que fuiste muy afortunada de estar junto a gente que te aprecia, imagínate si estabas en la calle o en el bus... Gosh...
Bueno =o. todos sucumbimos ante la enfermedad *trágico*
Que te recuperes pronto =)
Saludos.
La vida es un misterio.
Denuelle: Muchas gracias, aunque ya te lo dije, lo repito =D
Darth Croxus: Pues si chico, es he llegado a creer que descubrir ese misterio es lo que nos mantiene vivos, estar aquí debe tener algún propósito...por más innecesario que parezca.
JJF...me agradó tu blog, espero que sigas leyendo el mió aunque te parezca pesimista...y por favor, no hagas propaganda de tu blog a costa mía...
Gracias
Publicar un comentario