8 de diciembre de 2007

Bip...bip...bip...biiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii


Otra vez me encuentro aquí, escribiendo lo que podría decirse pulsaciones de lo que me queda de vida. Puedo contarles que actualmente me estoy muriendo, por dentro algo se rompió y no hay forma de pegarlo con goma alguna. Lo que queda de mi alma se quiebra a pedazos todos los días, una nada corroe lo poco que queda de mi y no me siento yo misma, cada día que pasa me convierto en alguien más.

Hoy, como siempre, huí. ¿Qué podía hacer? Estaba viendo lo que últimamente veo a mi alrededor, mi amiga con su novio totalmente enamorados el uno del otro, y a Fernando y Rosalinda (que por cierto ya no me afecta, tanto) igual que los anteriores. Y finalmente a un nuevo amigo que se unió al grupo, que me hace compañía.

Como siempre terminamos en la hueca conocida por Fernando. Misma impresión de esos lugares que no son muy recomendables. Letreros desgajados de marcas de cerveza, calendarios de años anteriores con fotos de modelos voluminosas, poca luz, espejos sucios, y algo parecido a un counter. Y no pueden faltar los grupos de personas casi irreconocibles sentadas en las sillas de plástico tomando obviamente la cerveza que está servida en la mesa de plástico que es el centro y omega de la fiesta. El olor ni se diga, una mezcla de tabaco y alcohol ronda el lugar y no olvidemos que o hay karaoke o música estridente, pero hoy fue karaoke. Me senté en una de las sillas escuchando como un par de tipos destrozaban bellas canciones, ¿Es que no tienen oídos? pensé.

El punto es que en ese ambiente, y a mi alrededor las parejas y mi amigo me deprimí. ¿Qué estaba haciendo ahí? No entendía el propósito de mi estancia ahí, me sentía tan fuera de lugar, era como estar en piyamas en una fiesta de gala. Además estoy tan sensible últimamente que no tengo idea si lo que pienso y siento es verdad o mentira.

A punto de llorar, salí de ese lugar, al menos afuera en la calle podía caminar y alejarme de aquello que parecía confundirme y producirme tanto dolor.

Mientras caminaba pensaba en los que podrían estar diciendo de mi por haber salido tan repentinamente pero, ¿a ellos qué les importa?, son felices entre ellos, todos ahí tienen a alguien a su lado, menos yo, no pertenezco a ese grupo de personas, me siento tan sola que estar a su lado me produce algo parecido al dolor del corazón roto. Todo el mundo a mi alrededor tiene a alguien y yo por lo visto, soy un asco, porque no puedo estar con nadie que quiera, que me guste. Solo atraigo a gente que no quiero, que no me agrada, que no me gusta, que no quiero, y ¿Qué esperan que haga? ¿Qué les de una oportunidad? Ya hice eso y resultó un fracaso, cuando no quieres estar con alguien simplemente no funciona.

Por ahora quiero estar sola, confundida y triste, pero sola.

1 comentario:

Lord Croxus dijo...

Yo también me he sentido fuera de lugar, como lo has puesto en tu post. coincidencia o destino?